TORNEO SUPERLIGA 2018-2019
FECHA 23
09.03.2019
BOCA JUNIORS 3 - casl 0
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10.03.2019
Goleada y demolición
Boca estrenó en el ciclo Alfaro las 3 G, ganó-gustó-goleó y así vieron el partido en www.lanacion.com.ar
Demoledor de principio a fin: Boca goleó 3 a 0 a San Lorenzo, que profundiza su crisis y se hunde en el último puesto de la Superliga. El equipo xeneize anotó rápido por intermedio de Mauro Zárate y luego aumentaron Nahitan Nandez y Sebastián Villa. En tanto, el arquero del Ciclón, Fernando Monetti, fue expulsado por una insólita falta a Wanchope Abila.
De punta a punta. Si a Boca se le achaca de un tiempo a esta parte la deuda en los clásicos, frente a San Lorenzo se sacó una mochila. Con autoridad colectiva y jerarquía individual, el equipo de Gustavo Alfaro jugó su mejor partido desde la asunción del santafesino como entrenador, aplastó a su rival y encaminó la clasificación a la Copa Libertadores 2020.
Para Alfaro, precisamente, era su primer clásico como director técnico de Boca. Su equipo no defraudó y ofreció una actuación soberbia frente a un rival que padeció el partido los 90 minutos. Así, los locales redujeron a la mínima expresión a un San Lorenzo que se hunde en el fondo de la tabla de la Superliga.
Quizás, los primeros 20 minutos de Boca fueron de lo más lucido desde la llegada de Alfaro como entrenador. Fino, enfocado, exhibiendo carácter y con el pulso firme, el equipo sometía a San Lorenzo. Los visitantes tenían enormes problemas para defenderse y se advertía que la línea de fondo era fácilmente vulnerable. Los laterales, tanto Víctor Salazar como Damián Pérez, tenían dudas en cada una de las salidas.Y en uno de esos errores por el sector derecho nació el golazo de Mauro Zárate, que sacó un remate muy preciso que ingresó pegado al palo izquierdo del arquero Fernando Monetti. Una maniobra con el sello del ex atacante de Vélez.
Con una marcha más, los de la Ribera justificaban la diferencia por dominio de pelota y presencia en el campo rival, y el buen manejo de balón de Reynoso. Los de la Ribera tenían una perfecta ocupación de espacios que produjeron con el generoso despliegue de sus volantes, con buen tino para distribuir el balón.
Boca exhibió la actitud de no refugiarse en la ventaja, sino que se mandó al ataque en pos de aumentarla. Una gran jugada de Ramón Ábila con una corrida desde la mitad de la cancha podría haber dejado al borde del nocaut a los azulgranas, pero el centrodeldntero definió mal ante la salida de Monetti.
San Lorenzo era un manojo de nervios y las fallas en los pases desequilibraron muchas veces la estructura del equipo. Sin un estilo de juego definido, apenas el empuje de Marcos Senesi era un argumento. Las buenas intenciones de los xeneizes no lo dejaron exento de algún susto: un cabezazo de Nicolás Reniero rebotó en el travesaño cuando estaba por finalizar la primera mitad.
El inicio del segundo tiempo no arrojó cambios en el desarrollo. Por el contrario, la superioridad de Boca se manifestaba en todos los sectores de la cancha. Lo desbordaba por todos lados. Sebastián Villa, de entrada, sacó un derechazo que dio en el palo. Los volantes azulgranas no lograban interceptar los avances del rival. Y como si eso fuese poco, los errores de los defensores se sumaron. Algún envío de pelota parada parecía ser la única opción del conjunto de Almirón. Lo de Boedo es preocupante: las lagunas se repiten y ya se empezó a oír la alarma.
El elenco de Alfaro disponía de tiempo y espacios para administrar la ventaja y era incisivo cuando decidía acelerar. Aparecía eso que se pedía desde las tribunas de la Bombonera: coraje, temple, bravura. Un centro preciso de Reynoso que conectó Nahitan Nandez sentenció el partido cuando promediaba el epílogo. Un rato después hubo tiempo para que Villa marcara la goleada.
La noche de la Bombonera expuso dos realidades bien diferentes. Jorge Almirón deberá hurgar en lo más profundo del plantel para encontrar las alternativas necesarias para recuperar a un grupo golpeado. ¿Qué será del Ciclón? Por ahora, la más pura incógnita tras otra frustración. El equipo está cerca de igualar la peor racha histórica que se dio hace 43 años. En el Metropolitano 1976, San Lorenzo acumuló 16 encuentros sin festejar. De hecho, anoche igualó a las segundas peores seguidillas: en 1989 y en 2005 estuvo quince partidos sin ganar. En el horizonte aparece el próximo miércoles un duelo clave por la Libertadores frente a Junior.
Boca, en tanto, celebró semejante demostración de contundencia. Tuvo una noche renovada y luminosa. Los goles se le caen de los bolsillos.
El objetivo de mínima en esta Superliga está cerca de cumplirse, Boca está con un pie y medio en la próxima Libertadores. El de máxima, si bien todavía matemáticamente se puede, sabemos que en la realidad es altísimamente improbable. Lo bueno es que el equipo viene de menor a mayor, las sensaciones son cada vez mejores y el optimismo va en alza. De donde venimos no es poca cosa.
Publicado por Eddie
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