TORNEO INICIAL 2012
FECHA 14
FECHA 14
Colón 0 - BOCA JUNIORS 0
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Con el feo perfume del adiós.
A veces las matemáticas, a pesar de ser exactas, pueden llamar al engaño. Después del empate de ayer, 0-0, mediocre, ante Colón, Boca ha quedado a 6 puntos de Vélez y 5 de Newell´s, los dos que comandan el torneo Inicial. Y como ambos son los próximos rivales del Xeneize, los rosarinos el jueves, los del Fortín el domingo, las matemáticas dicen que acercarse y pelear el título hasta el último partido es posible. El sentido común dice que no.
Y el sentido común difícilmente se equivoque. Porque pasan los partidos, y más allá de algún espejismo (partido con San Lorenzo), que estamos viendo, a la vista está que se producen más por defectos ajenos que por virtudes propias. Y es que el Boca actual está más allá de esquemas y de protagonistas. Ya no importa demasiado si vamos con 2 líneas de cuatro, con o sin enganche, con doble 9 o uno por afuera y otro por adentro. El problema es profundo y estructural. Se está transitando el fin del ciclo Falcioni. Con sus luces y sus sombras (cada uno le dará más importancia a unas u otras), pero irremediablemente acercándose a su culminación.
Boca es un equipo sin alma ni ángel. Con fallas estructurales e individuales que ya este técnico no puede resolver. Ayer, por caso, se tuvo un poco más de actitud que frente a Arsenal, pero las mismas deficiencias. Por caso, tal vez uno de los puntos más bajos fue el pibe Evangelista, lateral izquierdo, que no pudo parar en todo el partido a Curutchet. Pero el pibe es la cuarta o quinta opción en esa posición, después de Clemente, Sánchez Miño, Albín o Colazo. Y todos ellos vienen sufriendo ante delanteros abiertos y veloces en los últimos partidos. Duvan Zapata, de Estudiantes fue imparable, Mora se hizo un picnic y Carbonero hizo lo que quiso el último miércoles. O todos son un desastre o falla el armado y la estructura del equipo.
Ayer no se perdió por Orión y el travesaño. Hubiera sido justo, y tal vez acelerado el fin del ciclo. Ahora se vienen dos partidos que salvo un cambio de 180º en técnico y jugadores, difícilmente tengan resultados positivos. Solo nos queda confiar en que lo casi imposible suceda. No ya para pelear el campeonato, sino solo para tratar de entrar a la próxima Libertadores. Por ahora estamos, pero dependiendo que salga campeón o Vélez o Newell´s, y ya está Lanús acechando a solo 4 puntos. Por donde se lo vea, será esta una semana decisiva. Veremos que estamos escribiendo dentro de 7 días, si algo impregnado de optimismo o el réquiem de este ciclo.
A veces las matemáticas, a pesar de ser exactas, pueden llamar al engaño. Después del empate de ayer, 0-0, mediocre, ante Colón, Boca ha quedado a 6 puntos de Vélez y 5 de Newell´s, los dos que comandan el torneo Inicial. Y como ambos son los próximos rivales del Xeneize, los rosarinos el jueves, los del Fortín el domingo, las matemáticas dicen que acercarse y pelear el título hasta el último partido es posible. El sentido común dice que no.
Y el sentido común difícilmente se equivoque. Porque pasan los partidos, y más allá de algún espejismo (partido con San Lorenzo), que estamos viendo, a la vista está que se producen más por defectos ajenos que por virtudes propias. Y es que el Boca actual está más allá de esquemas y de protagonistas. Ya no importa demasiado si vamos con 2 líneas de cuatro, con o sin enganche, con doble 9 o uno por afuera y otro por adentro. El problema es profundo y estructural. Se está transitando el fin del ciclo Falcioni. Con sus luces y sus sombras (cada uno le dará más importancia a unas u otras), pero irremediablemente acercándose a su culminación.
Boca es un equipo sin alma ni ángel. Con fallas estructurales e individuales que ya este técnico no puede resolver. Ayer, por caso, se tuvo un poco más de actitud que frente a Arsenal, pero las mismas deficiencias. Por caso, tal vez uno de los puntos más bajos fue el pibe Evangelista, lateral izquierdo, que no pudo parar en todo el partido a Curutchet. Pero el pibe es la cuarta o quinta opción en esa posición, después de Clemente, Sánchez Miño, Albín o Colazo. Y todos ellos vienen sufriendo ante delanteros abiertos y veloces en los últimos partidos. Duvan Zapata, de Estudiantes fue imparable, Mora se hizo un picnic y Carbonero hizo lo que quiso el último miércoles. O todos son un desastre o falla el armado y la estructura del equipo.
Ayer no se perdió por Orión y el travesaño. Hubiera sido justo, y tal vez acelerado el fin del ciclo. Ahora se vienen dos partidos que salvo un cambio de 180º en técnico y jugadores, difícilmente tengan resultados positivos. Solo nos queda confiar en que lo casi imposible suceda. No ya para pelear el campeonato, sino solo para tratar de entrar a la próxima Libertadores. Por ahora estamos, pero dependiendo que salga campeón o Vélez o Newell´s, y ya está Lanús acechando a solo 4 puntos. Por donde se lo vea, será esta una semana decisiva. Veremos que estamos escribiendo dentro de 7 días, si algo impregnado de optimismo o el réquiem de este ciclo.
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