Copa Libertadores 2012
Fecha 2
BOCA JUNIORS 1 - Fluminense 2
Fecha 2
BOCA JUNIORS 1 - Fluminense 2
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Y el invicto se fue en mal momento
Una vez tenía que pasar. No es algo común que un equipo esté 36 partidos oficiales sin perder. Y se sabía que cuando pasara no nos gustaría nada. Y pasó en un partido que puede complicar a futuro la clasificación en el grupo 4 de la Libertadores. Fue en La Bombonera, contra Fluminense, 1-2.
No fue el peor partido de Boca, obvio que no fue de los mejores tampoco. Todo se hizo muy difícil de entrada. No vamos a descubrir ahora la valía individual del conjunto brasileño y que encaró este partido como si fuera una final. Encima se encontraron con un gol en el primer centro (9 minutos) que les simplificó mucho las cosas, y cuando Boca empata al comienzo del segundo tiempo, otra vez, en el primer contraataque a fondo (9 minutos) logran la ventaja que sería definitiva.
Boca falló sobre todo en defensa. Algo que no venía sucediendo. Roncaglia tuvo tal vez su peor partido desde que volvió, perdió a Fred en el primer gol, de un defectuoso rechazo de cabeza suyo a un saque largo del arquero nace la jugada del segundo gol, y sufrió toda la noche la habilidad de Wellington Nem. Caruzzo esta vez si hizo extrañar a Schiavi. No estuvo seguro nunca y perdió feo en el mano a mano con Wellington que deriva en el centro del segundo gol. Insaurralde cumplió con su habitual estilo desmañado. Clemente no pasó tanto al ataque, preocupado porque Fluminense volcó mucho juego por ese lado, con la subida del lateral y del volante externo que triangulaban con Deco (que pedazo de jugador), cuando lo pudo hacer, como siempre llegó bien al fondo y desbordó con criterio.
La presión de los brasileños, sobre todo en el primer tiempo, se centró sobre el medio campo y en especial en cercarlo a Román. Si bien Somoza jugó un buen partido, y encima marcó su primer gol desde que vino, el déficit estuvo del lado de Rivero y Erviti, por debajo de su nivel los dos, corrieron mucho pero no aportaron demasiado, sobre todo en la faz ofensiva. Román se movió mucho para escapar del cerco brasileño y fue junto con Somoza de lo mejor de Boca. Distribuyó con criterio, metió buenas asistencias (que no fueron bien aprovechadas) y estrelló en el palo el tiro libre (foul a él mismo) que deriva en el empate transitorio.
Adelante, Mouche, como casi siempre, insinuó más de lo que concretó, corrió mucho (por momentos el calor y la humedad lo ahogaban), pero le cuesta mucho terminar bien lo que parece ser una jugada de alto riesgo para el adversario. Y Silva sigue sin poder concretar su primer gol, lo busca, se mueve, está cerca, pero porque o la saca el arquero con esfuerzo, o porque se va mordiendo el palo o porque alguna pierna la saca en línea, la cosa es que la pelota se le niega a entrar.
Los que entraron, Chávez, Gaona Lugo y Araujo por Rivero, Erviti y Mouche, no pudieron cambiar el curso de la historia. Un caso aparte es Pochi. Parecería que el jugador que tanto rindió en el pasado Apertura se ha perdido en algún lado. Este es una pálida sombra de aquel, del que solo conserva la entrega y la voluntad.
En suma, pese a todo lo criticable, si se hace un resumen de las situaciones de gol del partido, la diferencia a favor de Boca debe haber sido de 8 o 9 a 3. Pero no alcanzó. Fue debut con derrota en casa en esta Libertadores, derrota que puede llegar a complicar las chances de clasificación.
Ahora es impostergable ganar a Arsenal en ambos partidos (miércoles próximo en Sarandí, 29/3 en casa) para reencaminar la clasificación sin sobresaltos. No será fácil, obviamente no será imposible.
Una vez tenía que pasar. No es algo común que un equipo esté 36 partidos oficiales sin perder. Y se sabía que cuando pasara no nos gustaría nada. Y pasó en un partido que puede complicar a futuro la clasificación en el grupo 4 de la Libertadores. Fue en La Bombonera, contra Fluminense, 1-2.
No fue el peor partido de Boca, obvio que no fue de los mejores tampoco. Todo se hizo muy difícil de entrada. No vamos a descubrir ahora la valía individual del conjunto brasileño y que encaró este partido como si fuera una final. Encima se encontraron con un gol en el primer centro (9 minutos) que les simplificó mucho las cosas, y cuando Boca empata al comienzo del segundo tiempo, otra vez, en el primer contraataque a fondo (9 minutos) logran la ventaja que sería definitiva.
Boca falló sobre todo en defensa. Algo que no venía sucediendo. Roncaglia tuvo tal vez su peor partido desde que volvió, perdió a Fred en el primer gol, de un defectuoso rechazo de cabeza suyo a un saque largo del arquero nace la jugada del segundo gol, y sufrió toda la noche la habilidad de Wellington Nem. Caruzzo esta vez si hizo extrañar a Schiavi. No estuvo seguro nunca y perdió feo en el mano a mano con Wellington que deriva en el centro del segundo gol. Insaurralde cumplió con su habitual estilo desmañado. Clemente no pasó tanto al ataque, preocupado porque Fluminense volcó mucho juego por ese lado, con la subida del lateral y del volante externo que triangulaban con Deco (que pedazo de jugador), cuando lo pudo hacer, como siempre llegó bien al fondo y desbordó con criterio.
La presión de los brasileños, sobre todo en el primer tiempo, se centró sobre el medio campo y en especial en cercarlo a Román. Si bien Somoza jugó un buen partido, y encima marcó su primer gol desde que vino, el déficit estuvo del lado de Rivero y Erviti, por debajo de su nivel los dos, corrieron mucho pero no aportaron demasiado, sobre todo en la faz ofensiva. Román se movió mucho para escapar del cerco brasileño y fue junto con Somoza de lo mejor de Boca. Distribuyó con criterio, metió buenas asistencias (que no fueron bien aprovechadas) y estrelló en el palo el tiro libre (foul a él mismo) que deriva en el empate transitorio.
Adelante, Mouche, como casi siempre, insinuó más de lo que concretó, corrió mucho (por momentos el calor y la humedad lo ahogaban), pero le cuesta mucho terminar bien lo que parece ser una jugada de alto riesgo para el adversario. Y Silva sigue sin poder concretar su primer gol, lo busca, se mueve, está cerca, pero porque o la saca el arquero con esfuerzo, o porque se va mordiendo el palo o porque alguna pierna la saca en línea, la cosa es que la pelota se le niega a entrar.
Los que entraron, Chávez, Gaona Lugo y Araujo por Rivero, Erviti y Mouche, no pudieron cambiar el curso de la historia. Un caso aparte es Pochi. Parecería que el jugador que tanto rindió en el pasado Apertura se ha perdido en algún lado. Este es una pálida sombra de aquel, del que solo conserva la entrega y la voluntad.
En suma, pese a todo lo criticable, si se hace un resumen de las situaciones de gol del partido, la diferencia a favor de Boca debe haber sido de 8 o 9 a 3. Pero no alcanzó. Fue debut con derrota en casa en esta Libertadores, derrota que puede llegar a complicar las chances de clasificación.
Ahora es impostergable ganar a Arsenal en ambos partidos (miércoles próximo en Sarandí, 29/3 en casa) para reencaminar la clasificación sin sobresaltos. No será fácil, obviamente no será imposible.
Publicado por Eddie ( bocayalgomas.blogspot.com )
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