domingo, 25 de abril de 2010

MAL TRAGO PARA LOS CUERVOS!

Uno más, uno menos, un alegrón

Un clásico más ganado en La Bombonera, un partido menos para terminar este semestre terrorífico. Un partido más ganado a San Lorenzo (tercero al hilo en casa), uno menos de desventaja en el historial. Un noche que termina en alegría, cosa que por estos tiempos la cotizamos en oro.







Buen partido de Boca, de principio a fin. Con autoridad, empuje, circulación de la pelota. Con figuras individuales en alto nivel (Román, de lo mejor que jugó en el año, Pochi en el primer tiempo, Giménez y atrás un partidazo de Morel). Que no hayamos sufrido situaciones de gol en contra en todo el primer tiempo, y que haya que buscarlas con lupa en el segundo, que la valla haya terminado en cero por segunda vez consecutiva como locales, marca una notable mejoría en un aspecto que ha sido una verdadera pesadilla todo el año. Está bien que enfrente no estaban ni el Barsa ni el Real, pero no es menos cierto que San Lorenzo venía en plena levantada, por lo que el triunfo es más válido todavía.



¿Cuanto hacía que no se escuchaban oles en casa?, ¿cuanto que no ovacionábamos con ganas los cambios?. Esto solo, en tiempos de vacas flacas, da para el festejo y la alegría. Además, después de las dos semanas que tenemos hacia atrás, pase de Román, gol de Martín, abrazo de los dos ídolos, y los buitres que sobrevuelan el Mundo Boca se quedan sin tema para la semana. Otro motivo para la alegría. Y una vez más queda demostrado que mientras sean “amigos” en la cancha y “dialoguen” durante los noventa minutos, el resto es aleatorio e importa bien poco.



Así que, hermano Bostero, disfrutemos una semana de tranquilidad y preparemos las ganas para el domingo que viene, porque si es lindo ganar un clásico siempre, imaginate voltear a los rojitos en su propia cancha y dejarlos sin nada, cuando hace menos de un mes imaginaban que ganar el campeonato era un trámite burocrático. Con las ganas de hoy, con orden el y el rendimiento que hoy tuvieron varios, no será ningún imposible.



 

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