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La paternidad no entiende de categorías.
Se veía desde hace rato en las declaraciones de uno y otro lado, que mientras para unos se trataba casi de una final del mundo (más bien una que determinara un ascenso, pocos de ese lado se acuerdan lo que es jugar una final del mundo), mientras que del otro se lo tomaba con seriedad, más por historia y tradición, que por presente y actualidad.
Y esa forma de encarar el partido se vio desde el primer minuto. Mientras el equipo del ascenso salió con todo, como si el mismo durara no más de 10 minutos, y en medio de esa presión, generó un par de situaciones de gol, Boca demoró unos 5 minutos en plantarse con firmeza en la cancha.
A partir de entonces y por el resto del partido, el campeón, manejó con firmeza táctica y estratégicamente el partido. Llegó al gol vía desborde de Mouche y cabezazo de Blandi, con una facilidad que demuestra la diferencia de categoría en la que compite uno y otro.
Ya con la ventaja, era cuestión de ver como reaccionaba el rival. Y reaccionó en forma previsible. Buscando victimizarse, con el armador expulsado (el centro delantero también debía haber visto la roja) y a partir de entonces el partido entró en cauces conocidos. Boca dominando y el rival mostrando toda la impotencia para llegar al arco de Orión, que salvo ese par de situaciones de gol de arranque y un cabezazo (zapallazo) de Maidana, se aburrió soberanamente.
Si algo se le puede criticar a Boca, es no haber liquidado por cifras más concluyentes antes el partido. Ha sido el déficit habitual en el campeonato de Primera División, y por falta de fineza en la última puntada, lo siguió padeciendo ayer. Fue necesario quedar también con 10 (compensación pura), para que en otro contragolpe fulminante se liquidara el partido, otra vez vía desborde y Blandi empujando.
En resumen, un partido que expuso claramente las diferencias entre uno y otro. De categoría y de actualidad.
Ya pasó el partido del morbo, queda la revancha el domingo en Mendoza, en la que se supone Falcioni pondrá en cancha un mix de los que no jugaron ayer. Y a partir del lunes, a pensar en los serios objetivos que se tienen por delante. Comenzando el 2 de febrero con la Copa Argentina, siguiendo el 10 con el comienzo del Clausura y el 14 con el sueño de todos. La Copa Libertadores.
Muchos e importantes objetivos. Por ascensos de categoría que se preocupen otros. Y vaya si tienen de que preocuparse.
Publicado por Eddie (bocayalgomas.blogspot.com)
Se veía desde hace rato en las declaraciones de uno y otro lado, que mientras para unos se trataba casi de una final del mundo (más bien una que determinara un ascenso, pocos de ese lado se acuerdan lo que es jugar una final del mundo), mientras que del otro se lo tomaba con seriedad, más por historia y tradición, que por presente y actualidad.
Y esa forma de encarar el partido se vio desde el primer minuto. Mientras el equipo del ascenso salió con todo, como si el mismo durara no más de 10 minutos, y en medio de esa presión, generó un par de situaciones de gol, Boca demoró unos 5 minutos en plantarse con firmeza en la cancha.
A partir de entonces y por el resto del partido, el campeón, manejó con firmeza táctica y estratégicamente el partido. Llegó al gol vía desborde de Mouche y cabezazo de Blandi, con una facilidad que demuestra la diferencia de categoría en la que compite uno y otro.
Ya con la ventaja, era cuestión de ver como reaccionaba el rival. Y reaccionó en forma previsible. Buscando victimizarse, con el armador expulsado (el centro delantero también debía haber visto la roja) y a partir de entonces el partido entró en cauces conocidos. Boca dominando y el rival mostrando toda la impotencia para llegar al arco de Orión, que salvo ese par de situaciones de gol de arranque y un cabezazo (zapallazo) de Maidana, se aburrió soberanamente.
Si algo se le puede criticar a Boca, es no haber liquidado por cifras más concluyentes antes el partido. Ha sido el déficit habitual en el campeonato de Primera División, y por falta de fineza en la última puntada, lo siguió padeciendo ayer. Fue necesario quedar también con 10 (compensación pura), para que en otro contragolpe fulminante se liquidara el partido, otra vez vía desborde y Blandi empujando.
En resumen, un partido que expuso claramente las diferencias entre uno y otro. De categoría y de actualidad.
Ya pasó el partido del morbo, queda la revancha el domingo en Mendoza, en la que se supone Falcioni pondrá en cancha un mix de los que no jugaron ayer. Y a partir del lunes, a pensar en los serios objetivos que se tienen por delante. Comenzando el 2 de febrero con la Copa Argentina, siguiendo el 10 con el comienzo del Clausura y el 14 con el sueño de todos. La Copa Libertadores.
Muchos e importantes objetivos. Por ascensos de categoría que se preocupen otros. Y vaya si tienen de que preocuparse.
Publicado por Eddie (bocayalgomas.blogspot.com)
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